El Lactobacillus rhamnosus GG es una de las cepas probióticas más estudiadas y ampliamente utilizadas en el mundo. Fue aislado por primera vez en 1983 y desde entonces ha sido objeto de una gran cantidad de investigaciones debido a sus beneficios en la salud. Esta cepa es reconocida por su capacidad única para adherirse al intestino humano y resistir ácidos y sales biliares, diferenciándose así de otras cepas de L. rhamnosus. En el ámbito digestivo, ha mostrado eficacia en reducir la duración y severidad de la diarrea, ya sea causada por infecciones o por el uso de antibióticos. Además, al equilibrar la flora intestinal, potencia el sistema inmunológico y promueve la producción de anticuerpos, contribuyendo así a la salud inmunológica. En el caso de afecciones dermatológicas, ciertos estudios sugieren que LGG podría prevenir el eczema en niños cuando se administra a mujeres embarazadas y posteriormente a infantes durante sus primeros meses de vida. Otro beneficio notorio es la reducción del riesgo de infecciones respiratorias y otras enfermedades comunes. 

Lactobacillus plantarum Lactobacillus plantarum es una cepa probiótica que ofrece una gama de beneficios que impactan diversas áreas de la salud. Su habilidad para producir vitaminas esenciales como el folato y la riboflavina (vitaminas B9 y B2) respalda funciones metabólicas vitales, promoviendo la producción de energía en el cuerpo. Desde el punto de vista inmunológico, este probiótico mejora la defensa del organismo equilibrando la flora intestinal y fortaleciendo la barrera intestinal, a la vez que sus propiedades antiinflamatorias modulan respuestas inmunológicas excesivas. La salud intestinal se ve directamente beneficiada por L. plantarum, ya que promueve un microbioma equilibrado, esencial para una digestión adecuada y la prevención de síntomas del síndrome del intestino irritable. En términos metabólicos, su capacidad para ayudar en la descomposición y absorción de nutrientes es crucial. Lactobacillus casei Lactobacillus casei es una cepa probiótica reconocida por su impacto positivo en la salud humana. Su capacidad para mejorar la absorción intestinal de nutrientes optimiza la utilización de energía en el cuerpo, mientras que al mismo tiempo fortalece las defensas al potenciar la respuesta inmune. Este probiótico es fundamental para mantener el equilibrio de la microbiota, combatiendo bacterias no deseadas y respaldando la salud de la mucosa intestinal. Esta regulación de la microbiota no solo favorece la digestión, sino que también puede influir positivamente en el metabolismo de lípidos y mantener niveles saludables de colesterol. Esta cepa puede ser esencial para reducir la incidencia de enfermedades crónicas y para una absorción eficaz de nutrientes. 

Streptococcus thermopilus Streptococcus thermophilus es una bacteria esencial en la producción de productos lácteos fermentados, facilita la digestión de lácteos en personas con intolerancia a la lactosa. Además de su papel en la fermentación, esta bacteria probiótica contribuye al equilibrio de la flora intestinal, promoviendo una digestión saludable y mejorando la absorción de minerales esenciales, como el calcio y el magnesio. Al formar una barrera protectora en el intestino, Streptococcus thermophilus ayuda a prevenir la colonización de bacterias dañinas, reforzando la salud intestinal general. Si bien se necesitan más investigaciones, algunos estudios sugieren que esta cepa puede mejorar la respuesta inmunológica y producir sustancias con propiedades antibióticas y potencialmente anticancerígenas. 

Lactobacillus acidophilus Lactobacillus acidophilus es una cepa probiótica ampliamente reconocida que se encuentra naturalmente en el intestino saludable y en alimentos fermentados. Contribuye significativamente a la salud digestiva al equilibrar la flora intestinal, lo que puede ayudar a prevenir trastornos como el síndrome del intestino irritable y la diarrea inducida por antibióticos. Además, tiene la capacidad de producir sustancias antibacterianas que combaten patógenos, siendo particularmente efectivo contra infecciones por hongos como la candidiasis. Al promover una óptima salud intestinal, potencia la absorción de nutrientes esenciales. Además, juega un papel crucial en la salud vaginal al mantener el pH adecuado y prevenir el crecimiento excesivo de microorganismos no deseados. Desde un punto de vista inmunológico, L. acidophilus fortalece las defensas al estimular la producción de anticuerpos y potenciar la actividad de células defensivas, como los macrófagos. Para quienes tienen intolerancia a la lactosa, esta bacteria resulta beneficiosa al ayudar en la digestión de la lactosa gracias a la producción de la enzima lactasa. 

Bifidobacterium infantis Bifidobacterium infantis es una bacteria probiótica esencial que comúnmente coloniza el intestino de los recién nacidos amamantados, desempeñando un papel fundamental en el desarrollo y mantenimiento de una salud intestinal robusta. Contribuye activamente al equilibrio de la microbiota intestinal, mejorando la digestión y proporcionando alivio en condiciones como el síndrome del intestino irritable. Esta cepa tiene la capacidad distintiva de competir con patógenos por recursos en el intestino, lo que puede reducir el riesgo de infecciones. Además, su papel en la modulación del sistema inmunológico es notable, asistiendo en la producción de anticuerpos y en la adaptación de la respuesta inmunológica. Al descomponer carbohidratos complejos, B. infantis produce ácidos grasos de cadena corta, que son fundamentales para la salud del revestimiento intestinal y pueden aliviar la inflamación. Este efecto antiinflamatorio es especialmente relevante para aquellos con enfermedades inflamatorias intestinales. Finalmente, su influencia positiva en la salud intestinal puede potenciar la absorción eficiente de vitaminas y minerales esenciales.